MIGUEL HOYUELOS
CONCIENCIA ARTIFICIAL EN LA CIENCIA Y EN LA FICCIÓN
Nació en 1965. Es doctor en física, profesor de la Universidad Nacional de Mar del Plata e investigador del CONICET. Ha publicado cuentos en distintos medios, como Axxón y Próxima, y en la antología Más acá (2015). Escribió la novela de ciencia ficción Siccus (2014), que obtuvo le mención especial del UPC 2004, y su continuación, Oshjam (2017). Publicó los libros de divulgación Física manifiesta y Ciencia y tragedia, los griegos y sus herederos (2013), y una parodia de la astrología: Astrología Argentina (2012).
Publicado en Núcleos # 7, diciembre de 2020 y cedido por el autor para La Pecera, invierno 2023
La inteligencia artificial ha sido un tópico muy visitado por la literatura y el cine de ciencia ficción. Un par de décadas atrás, máquinas dotadas con algún rasgo de inteligencia o conciencia humana estaban claramente ubicadas en el terreno de la ficción. Hoy, la posibilidad de mantener una conversación, al menos de unas pocas frases, con un teléfono celular ha transformado a esas máquinas en un concepto que no parece puramente ficcional. Es un campo interdisciplinario, que involucra a matemáticos, psicólogos, neurólogos, ingenieros electrónicos, físicos, biólogos, informáticos, etc., que durante las últimas décadas atrae el interés de un número creciente de investigadores y que avanza de forma persistente. A medida que el conocimiento avanza, los límites entre ficción y realidad se desdibujan.
En la primera parte de este artículo voy a mencionar un puñado de películas de ciencia ficción, haciendo énfasis en las que la inteligencia artificial posee, en alguna medida, rasgos humanos. En la segunda parte me voy a referir, también en forma resumida, al problema de la conciencia artificial, que parece estar lejos todavía de ser resuelto. El problema reside, en parte, en la dificultad que existe incluso en definir con claridad qué es la conciencia y cómo se produce, a pesar de que la experimentamos permanentemente.
Una inteligencia que no solo es capaz de jugar al ajedrez o de programar el despertador si se lo pedimos, sino que tiene la versatilidad y la capacidad de adaptación de una inteligencia humana, e iguala o supera su potencial, recibe el nombre de “inteligencia general artificial”. Aunque aún es un problema abierto, muchos investigadores suponen que la conciencia debería ser un ingrediente fundamental de este tipo de inteligencia. Una inteligencia artificial que pueda pensar, tener una mente y ser autoconsciente es una “inteligencia artificial fuerte”, y por el momento se trata solo de una hipótesis. Aquí voy a usar los términos “inteligencia artificial fuerte “y “máquina consciente “como sinónimos. Los expertos estiman que la inteligencia artificial fuerte podría alcanzarse entre 2040 y 2050 (Müller y Bostrom, 2016). Sin embargo, resulta difícil realizar pronósticos tecnológicos con alguna certeza y, cuando un pronóstico se ubica 20 o 30 años en el futuro, es indicio de una gran incertidumbre.
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