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Entrevista por Sandra Cornejo
Moya Cannon: Pienso que la vida misma es el gran misterio

Moya Cannon (Dunfanaghy, Condado de Donegal, Irlanda,1956) ha publicado Oar (1990 y 2000, Premio Brendan Behan al mejor primer libro); The Parchment Boat (1997); Carrying the Songs: New and Selected Poems (2007); Hands (2011) y Keats Lives (2015). Pre-textos editó su poemario Aves de invierno y otros poemas (traducido al español por Jorge Fondebrider) en 2015. Es una de las más notables voces de la poesía irlandesa actual. Es miembro de Aosdána, la afiliación irlandesa de artistas, escritores y músicos Esta nota, junto con la de Pat Boran, se realizó en abril/mayo de 2017.
 

-¿Cómo ha marcado tu escritura la condición insular de tu territorio?

Creo que esto es un poco como pedirle a un muñeco de nieve que hable sobre la naturaleza de la nieve. Cuando algo es una condición absoluta de la propia existencia es muy difícil adquirir perspectiva sobre ello.


-A esta condición insular hay que añadir un contexto de luchas, invasiones y una mezcla de religiones y lenguas. ¿Cómo ha influido en vos esta circunstancia?

Probablemente esto ocurre en la gran mayoría de los países: luchas, invasiones y una mezcla de religiones e idiomas. La mayoría de las culturas son híbridas. En un grado considerable, Irlanda se salvó del conflicto de las grandes guerras del siglo XX, circunstancia que le permitió cierta «inocencia artificial» -como un amigo llama a ese estado de cosas-. Lo que quizás hace inusual a Irlanda en Europa occidental es su experiencia de haber sido colonizada por la que, con el tiempo, devino una potencia imperial. Hermann Hesse escribió alguna vez que "la vida humana se reduce al sufrimiento real, al infierno, sólo cuando dos edades, dos culturas y religiones se superponen". Puede ser exagerado este ejemplo porque los seres humanos sufren en todo tipo de circunstancias. Sin embargo, si bien la fricción entre dos culturas causa sufrimiento en su cruce, también crea un terreno fértil para la literatura cuando el polvo se ha asentado.


Prestás atención al clan, a la tribu, a la familia. ¿Esto sería una característica generacional o es una marca de "irlandesismo", por decirlo de algún modo?

Pienso que este es un aspecto de las sociedades tradicionales en general. La familia es una pieza clave para la identidad en una sociedad clásica. Un capítulo de la literatura de la primera mitad del siglo XX se refirió al intento del individuo de romper, de definirse a sí mismo como una persona y no sólo como una parte representativa de la familia. A medida que las familias se han vuelto más pequeñas desde la legalización de la anticoncepción en Irlanda, los más jóvenes -aquí como en otros lugares-, han construido una especie de afiliación entre amigos, lo que se ha convertido en algo más importante que la familia tradicional.


-¿Qué explicación darías a la relación entre territorio y producción artística? Quiero decir que una nación de unos pocos millones de personas ha dado a Joyce, Wilde, Beckett, Yeats, Kavanagh, Stoker, CS Lewis, Heaney (su mayor producción se hizo en Dublín), F. Bacon (E. Boland, P. Sheridan, N. Jordan, o por qué no U2, Cranberries, S. O'Connor)

Esta es una pregunta muy amplia. Todos somos producto de una cultura, que a su vez es  producto de una historia y una geografía. Irlanda tiene grandes escritores. Sospecho que la razón es compleja. Durante la mayor parte de su historia Irlanda no fue un país rico. La escritura es una de las artes que menos costos implica. No requiere el mismo nivel de patrocinio que, por ejemplo, la pintura, que floreció en la rica sociedad mercantil de la Holanda del siglo XVII. El espíritu humano siempre encuentra una vía de expresión, excepto donde la gente ha sido completamente esclavizada. Además,  Irlanda cuenta con una tradición muy rica en literatura oral y en el modo en que transfirió eso a su tradición escrita. El cruce entre las culturas -antes mencionado - también es otro factor. Cuando a uno se le presentan dos visiones del mundo completamente diferentes, hay que aprender a pensar.

En cuanto a la relación específica entre territorio y producción artística, tal vez el hecho de que Irlanda no experimentara una revolución industrial -del modo que lo hicieran la mayoría de los países de Europa Occidental - supuso que hubiera una movilidad interna relativamente baja hasta finales del siglo XX. (Hasta entonces era bastante fácil adivinar de dónde provenía alguien por su apellido, el cual estaba asociado a un condado en particular).

En cuanto a mi propia obra, cuando comencé a escribir vivía en un ambiente urbano y esperaba escribir sobre ello. Sin embargo, las imágenes que surgieron en mí fueron las montañas y la costa de mi Donegal nativo. No decidimos estos temas, ellos se nos dan.

 

- Has viajado. Has escrito sobre estas experiencias. ¿De qué manera esta situación te ha enriquecido?

 

Viajar es sumamente importante para un escritor, no sólo por el encuentro con la riqueza y la energía de otras sociedades y culturas, sino también para tomar conciencia de la propia perspectiva. Así se puede tener una mejor idea de lo que uno quiere tomar de la propia cultura y de lo que uno prefiere evitar. Escribí un poema temprano llamado “Remo” que se refiere a este tema. Obviamente, aún cuando nunca pongamos los pies fuera del propio país, también viajamos a través de nuestras lecturas. Mis encuentros con la poesía japonesa, rusa, española y latinoamericana -que leí en traducciones- fueron de gran importancia para mí, en especial en mi juventud.
 

-En ustedes hay una noción de ascensión a través de la poesía, de la espiritualidad. ¿Es esto así?
 

Cuando comencé a escribir, a los veinte años, solía pensar que la poesía acontecía en la encrucijada entre la cabeza y el corazón. Ahora me siento más inclinada a decir que la poesía nutre el espíritu humano - sea lo que sea -, no estoy segura.


 -¿Cuál es tu visión de Argentina?

Una vez más, es una pregunta muy amplia. Antes de visitar Argentina por primera vez, para mí era el país de Borges. Luego de visitar Buenos Aires en dos ocasiones, conocer  sus maravillosas librerías y tener algún contacto con su comunidad literaria, comprobé que la cultura literaria que produjo a un Borges era muy rica. La arquitectura de la ciudad es una delicia, al igual que sus hermosos cafés y sus restaurantes antiguos. Es también una ciudad musical, desde el Teatro Colón hasta aquel grupo que una noche oí cantar frente a mi hotel.
Sin embargo, hay además un firme conocimiento de un pasado colonial -en el que estuvieron implicados los irlandeses- y una idea de la evidente desigualdad económica y la pobreza extrema. Soy consciente de las dificultades políticas y económicas que ha padecido el país y el sufrimiento que esto supone en sus ciudadanos.

-Me gustaría mencionarte un breve texto. En “Upstream”, Mary Oliver dice: “No podría ser poeta sin la naturaleza. Otra persona podría. Pero yo no. Para mí la puerta hacia el bosque es la puerta hacia el templo” ¿Qué pensás sobre esto?
 

Acuerdo completamente, pero como he pasado la mayor parte de mi vida cerca de la costa occidental, para mí la puerta del templo está en las montañas o en el mar, no en los bosques.


-Has dicho: "No creo que ningún poeta elija sus imágenes, la paleta básica le es dada". ¿Podrías ampliar este concepto?
 

Uno no sale a buscar un poema de la misma manera que, tal vez, se investiga una pieza académica o periodística. Un poema se escribe a partir de la propia sensibilidad y suele ser el producto de una experiencia o circunstancia. A su vez, nuestra sensibilidad se ha ido moldeando según nuestras propias vivencias, es una construcción en capas, como estratos geológicos que se van formando  desde la infancia. Y luego está el fenómeno de la inspiración que, como dice Octavio Paz, "se nos ha vuelto un problema. Su existencia niega nuestras creencias intelectuales más arraigadas”.


-¿Es la poesía y la música el gran misterio? ¿Cómo relacionarías este tema con el amor que profesas por las islas? Además, ¿podría estar esto conectado con el poema de Machado "He andado por muchos caminos"?
 

Pienso que la vida misma es el gran misterio. ¿Por qué no hay nada? Y cuán especial es que la vida pueda reproducirse en una infinidad de formas extrañas, terribles y hermosas. La poesía, la música y el arte generalmente atestiguan y registran este misterio en todas sus contradicciones.
Amo las islas, pero esta es una pregunta aparte. Entre mis veinte y principios de mis treinta años pasé momentos felices en Inis Oirr, la más pequeña de las Islas Aran. La belleza física de las islas nos atrae y nos  provoca un profundo sentimiento primitivo de que el mar es el hogar. No soy inmune tampoco a la idea romántica de que al ir a una isla –el escapar del ruido incesante - se hace pie en un lugar que se basa en un estilo de vida tradicional, a menudo con un rico patrimonio arqueológico. Esta visión es, en gran medida, una ilusión. Es sólo en virtud de las nuevas tecnologías que las comunidades pueden seguir sobreviviendo en las islas; además, las comunidades tradicionales experimentan también su propio estrés.

En lo que respecta a Machado, es una cuestión aparte. Cuando lo encontré por primera vez en las traducciones de Michael Smith, a mis dieciocho años, me enamoré de su obra. Para mí fue una antorcha cuando empecé a escribir poesía unos años más tarde. Todavía me siento tan enamorado de él como siempre - y aún no he descubierto cómo funciona su magia -. Es una combinación maravillosa de inspiración, profunda sensibilidad y oficio.

 

Remo 

 
Camina y camina tierra adentro
con tu remo,
hasta que alguien te pregunte
qué es eso.

 

Construye entonces tu casa.


Porque sólo entonces necesitarás decir y saber
que el mar es inmenso e insondable,
que el remo que empuja
contra la ola
y con la ola
es todo.

 

Oar

Walk inland and inland
With your oar,
Until someone asks you
What it is.

 

Then build your house


For only then will you need to tell and know
That the sea is immense and unfathomable,
That the oar that pulls
Against the wave
And with the wave
Is everything.

 

(Versión Jorge Fondebrider)

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