Tedio, aburrimiento, spleen, abulia, pereza, ocio, hastío... parecen significar lo mismo, pero aún así no son sinónimos. La gran cantidad de palabras que nos regala el idioma para ese estado de ánimo no logra una única significación. Tampoco la felicidad puede ser definida por una palabra o un único concepto: Alegría, gozo, placer, bienaventuranza, beatitud... no son lo mismo.
Recuerdo algunas canciones que tratan de expresar estas pasiones o simplemente estados de ánimo: Empiezo por “Aburridos peligrosos” de Divididos, donde se habla de “la era de la boludez”; otra es la del catalán Serrat que se pregunta irónicamente “¿por qué la gente se aburre tanto?” cuando “tenemos la vida por delante”.
En un homenaje en la Biblioteca Nacional, en octubre de 2023, se le realizó un merecido homenaje en el que intervino su hijo Eugenio, Susana Macció, Guillermo Saavedra y O. Picardo.
El título de un libro del poeta y traductor argentino Edgar Bayley, quien fue testigo de casi todo el siglo XX y tocándole participar en los momentos más críticos del país y en los cambios más profundos de la literatura y el arte. Fue uno de los participantes del movimiento Arte Concreto Madí, coeditor con Raúl Gustavo Aguirre de la famosa revista Poesía Buenos Aires y de la no menos mítica revista Zona de la poesía americana, junto a Urondo y Fernández Moreno. Su obra poética y ensayística condensa una mirada de inocencia, pero nunca fuera de la realidad: "Había que ir a la poesía con los ojos abiertos".
El último encuentro del ciclo tuvo lugar el sábado 8 de junio.
"Es bien sabido que la computadora Deep Blue llegó a derrotar en un match de ajedrez al campeón mundial de los seres humanos. Vistos desde afuera los dos juegan el mismo juego. Pero la computadora -que toma ventaja de su velocidad de cálculo- procede en sus análisis de la manera más burda, con pura fuerza bruta: examina en cada jugada todos los casos, persigue todas las alternativas posibles. El ajedrecista, en cambio, sólo deja filtrar unas pocas variantes interesantes o potencialmente promisorias. Su árbol de búsqueda tiene menos ramas, pero más profundas. En esta economía de recursos, en sus pocas y certeras intuiciones, hay algo que nos parece grato, difícil, admirable. No juegan, en el fondo, al mismo juego"...